¿Para qué?

Para evolucionar. Hay quienes desestiman formarse en desarrollo personal porque desconocen la forma en que puede ayudarles. Otros lo hacen porque creen haber alcanzado su mejor versión o que pueden hacerlo solos.

Estas razones son excusas del hemisferio racional del cerebro para mantenernos en entornos conocidos, donde es dominante y cumple su función de protegernos y ahorrar energía.

Las rutinas nos resultan cómodas y nos hacen sentir seguros, creyendo tenerlo todo bajo un aparente control, pero son contrarias a la evolución.

¿Para quién?

El desarrollo personal es útil para cualquier persona porque todos nacemos con capacidades en potencia.

Tenemos un plano racional, que educamos en el colegio; y otro, intuitivo y emocional cuyo desarrollo improvisamos en función de nuestras vivencias. Este segundo plano es el que podemos educar con metodologías de desarrollo personal.

La formación académica nos permite forjar nuestro futuro profesional y el desarrollo personal nos enseña a permanecer centrados y en equilibrio. En concreto, éste último nos ayuda a:

  • Gestionar nuestras emociones, que repercuten en lo que hacemos, en cómo lo hacemos y en lo que podemos llegar a hacer.
  • Forjar un carácter proactivo, positivo y resiliente.
  • Manejar cambios, incertidumbre y adversidades.
  • Mejorar nuestras habilidades sociales, de liderazgo y de trabajo en equipo.

¿Qué aplicaciones tiene?

Saber desarrollo personal es como leer o escribir, o sea puedes aplicarlo a todo lo que haces.

Igual que puedes disfrutar de una novela o compartir conocimiento con un texto técnico, puedes desarrollar capacidades emocionales (autoestima, asertividad, empatía, autocontrol, liderazgo…) para mejorar tú, tus relaciones y tu entorno, laboral y familiar.

¿Por qué ligarlo al deporte?

Porque me apasiona y es donde más valor puedo aportar. Crecí con un balón en los pies, llegué a 1ª División y sigo ligado al deporte, base y profesional, como entrenador y coach deportivo.

Cuando conocí el desarrollo personal tuve el sueño colosal de unir deporte y formación, para que los clubes deportivos vayan más allá de lo físico y eduquen el plano emocional e intuitivo del deportista.

Es algo que yo habría agradecido y que me habría ayudado. Puede lograrse si entrenadores y demás profesionales del deporte, evolucionan hacia una nueva forma de entenderlo y de entrenar. Pero para eso hay que pre-pararse (o sea, pararse antes y formarse); para eso, este Curso BYBD de Desarrollo Personal Aplicado al Entrenamiento Deportivo.