Se define carácter como el conjunto de cualidades que distingue a las personas por su forma de ser y de obrar. Conviene no confundir carácter con mal genio sobre todo si tienes menores a los que formar. Caer en este error resta eficacia al educador e impide el correcto desarrollo emocional de la persona a su cargo. Además, a medida que la persona crece el mal genio se vuelve más virulento, negativo para todos y difícil de reorientar.

Conviene no confundir carácter con mal genio sobre todo si tienes menores a los que formar.

Para nosotros, y así lo trabajamos en BYBD, el carácter ha de ser un compendio de cualidades positivas y debe tener la siguiente base:

  1. Responsabilidad como elemento estructural de la persona.
  2. Capacidad de superación.
  3. Un binomio motor, de coraje + resiliencia (crecerse ante la adversidad).
  4. Otro, energético, de confianza + esperanza.
  5. Un trinomio de disciplina + esfuerzo + entrega, para arrancar y no parar.

Todo ello aderezado por grandes dosis de generosidad y humildad.

El carácter ha de ser un compendio de cualidades positivas.

¿Cómo se forma el carácter?

Para educar a una persona es importante comprender cómo se forma el carácter. Aunque nunca es tarde para aprender, lo mejor es empezar cuanto antes. Los rasgos adquiridos van incorporándose desde la infancia, por influencia e interacción con los demás y a través de la experiencia.

Las cualidades positivas se trabajan dando al menor lo que necesita, que no es necesariamente lo que pide; trasladándole progresivamente responsabilidad y autoexigencia; dotándole de paciencia a través de la espera; enseñándole a respetarse a sí mismo y a los demás; potenciando su ilusión y su confianza; previniendo y no dejando progresar malos comportamientos… En todo esto los límites y la firmeza son importantes, así como también lo son la disponibilidad, el ejemplo y el afecto.

Además hay una cualidad especialmente importante, la resistencia, que se aprende de forma práctica en situaciones límite cuando a la persona no le queda más remedio que liberar su capacidad de superación. Es entonces cuando las acciones superan todas las expectativas.

¿Para qué sirve el carácter?

El carácter nos hace libres y nos sostiene cuando todo lo demás falla. Entender que dependes principalmente de ti mismo es la base de todo lo que puedes llegar a desarrollar. Lo siguiente es pensar, fijar un objetivo, ponerse manos a la obra y no parar. Y en todos esos momentos el carácter es decisivo porque determina las actuaciones.

Cuando te enfrentas a algo que te supera, y tienes las fuerzas al límite, todavía te queda la mente. Y si también la mente está al límite, entonces te sigue quedando el carácter.

El carácter nos hace libres y nos sostiene cuando todo lo demás falla.

Un ejemplo verídico:

Hace años un avión se estrelló en los Andes. Muchas personas murieron en el acto o poco después, pero también hubo supervivientes. Quedaron atrapados entre gigantescas montañas heladas, aturdidos, heridos, impactados por la pérdida de algún ser querido en el accidente; y sin alimento, bebida, ropa o cobijo más allá de los restos del avión.

Entre el pasaje viajaba un equipo de rubgy que iba a jugar un partido más. Antes del siniestro, y en los días posteriores, hubo un líder de ese equipo que ayudó e infundió fuerzas al resto hasta que él mismo se derrumbó cuando la radio del avión (que arreglaron y sólo servía para recibir información) notificó que se suspendía el rescate.

Hasta entonces todos estaban esperando a ser rescatados. En ese momento, de terror, parálisis colectiva y desesperación absoluta, surgió un segundo líder que decidió tomar las riendas de su destino e ir en busca de ayuda. Decidió morir caminando, si hacía falta, y eso fue justo lo que los salvó.

11 días después de ponerse en marcha con dos compañeros (uno tuvo que darse la vuelta), caminando más de 10 horas diarias casi sin alimento ni fuerzas, encontraron a un pastor. 72 días después del accidente aquellos dos chicos desfallecidos regresaron con ayuda al avión para rescatar a sus compañeros.

Cuando emprendieron el camino lo hicieron despacio, adaptándose como pudieron, paso a paso, un poco más, yo puedo… Después de lograrlo, cuando pensaron lo que habían hecho, no pudieron creerlo. Nunca, antes ni después de ese momento, habrían creído que podrían hacer algo tan colosal. Sin embargo, las personas podemos hacer mucho más de lo que pensamos y para lograrlo el carácter es fundamental.

Decidió morir caminando, si hacía falta, y eso fue justo lo que los salvó.